El Presidente de Ecuador, Daniel Noboa vive su primera crisis de gobierno y firmó este martes un decreto que declara al país en estado de «conflicto armado interno» y ordenó a las Fuerzas Armadas «ejecutar operaciones militares para neutralizar» el accionar de una veintena de bandas criminales
A casi dos meses de haber asumido el mando, el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa vive su primera crisis de gobierno y firmó este martes un decreto que declara al país en estado de “conflicto armado interno” y ordenó a las Fuerzas Armadas “ejecutar operaciones militares para neutralizar” el accionar de una veintena de bandas criminales, en medio de una nueva ola de violencia en las principales ciudades del país.
La misma tarde del 7 de enero, en medio de los rumores, la Secretaría de Comunicación del Presidente Noboa anunció que habría una “transmisión de mensaje del Gobierno Nacional”, que duraría dos minutos, y sería a las 7 de la noche. Pero después funcionarios de la Secretaría dijeron que se cancelaba la transmisión “debido a la reunión del Cosepe”. El Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) funciona como la principal instancia asesora del Presidente de la República en casos de emergencia nacional. Esa tarde, el presidente Noboa convocó una reunión del Consejo.
Luego de esa reunión, el comandante de la Policía, César Zapata, confirmó, en una conferencia de prensa, que en un operativo dentro de la cárcel de Guayaquil “se pudo constatar la no presencia de uno de los internos”. En la noche del mismo domingo, la Fiscalía anunció que abrió de oficio una investigación por “la presunta evasión del privado de libertad Adolfo M. V., alias “Fito”.
Según la plataforma ciudadana SOS Cárceles, que monitorea la situación de las prisiones en el país, Fito se habría enterado que lo trasladarían a La Roca, una de las cárceles dentro del complejo penitenciario en Guayaquil. Allí funcionan también la Penitenciaría del Litoral, la Regional, la Cárcel de Mujeres y la de Atenuados. La Roca es considerada la prisión más segura del país por su tecnología. Por ejemplo, tiene un sistema de automatización de rejas para que abrirlas no dependan de los guías penitenciarios, indicó el portal GK.
Tres días antes Noboa había señalado que trasladaría a tres cabecillas de Los Lobos a ese penal. Esto luego de que se identificara que Fabricio Colón Pico, miembro de esa banda criminal, tenía un plan para asesinar a la fiscal general del Estado Diana Salazar. “Esa fue la instrucción [al SNAI] y vamos a mover eso porque es una amenaza a una funcionaria pública importante”, dijo el Presidente. La mañana del martes 9 de enero se supo que Colón Pico se fugó de la cárcel de Riobamba donde estaba recluido.
Un día después de que se confirmara la fuga de Fito, la mañana del lunes 8 de enero, se produjeron amotinamientos en la cárcel del Inca, al norte de Quito. Un video mostró una estela de humo saliendo de las instalaciones de esta prisión. Esa misma mañana, en la prisión de Machala, una ciudad costera al sur del Ecuador, 18 guías penitenciarios fueron retenidos.
Al menos en dos cárceles más, en Turi, en la ciudad de Cuenca, y en Latacunga, en la Sierra Centro, los reos también retuvieron a guías.
La noche del lunes 8 de enero circuló un video en el que un reo amenazó al Presidente Daniel Noboa y lo acusó de haber empezado “una guerra sangrienta”, dijo el portal GK. En el video se ve al preso vestido de negro y con la cara cubierta, rodeado de otras personas privadas de libertad, también de negro, quienes apuntan con pistolas y grandes cuchillos a la cabeza y cuellos de los guías penitenciarios, quienes están de rodillas.
Los hechos de violencia llevaron a Noboa a decretar el estado excepción. “Acabo de firmar un decreto de estado de excepción para que las Fuerzas Armadas tengan todo el respaldo político y legal en su accionar”. “Se acabó el tiempo en que los condenados por narcotráfico, sicariato y el crimen organizado le dictaban al gobierno de turno qué hacer”, agregó el mandatario. “Nosotros no vamos a negociar con terroristas”.
Sin embargo, el martes, las autoridades informaron de la huida de otro líder narco, Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, que había sido detenido el viernes por el delito de secuestro y su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general.
La medida permitía a los militares apoyar a las labores de seguridad interna de la policía tanto en las prisiones como en las calles. Además determina un toque de queda desde las 23 hasta las 05.00 horas y otras restricciones.
Gobiernos anteriores han recurrido en los últimos años a estados de excepción para controlar la situación de inseguridad que azota a Ecuador, pero sin mayores resultados.
En medio de esta situación las autoridades, informaron que siete policías fueron secuestrados en Machala (suroeste), Quito y en la Provincia de Los Ríos (suroeste).
Los secuestros de policías se sumaron a actos violentos en la costera Esmeraldas (noroeste y cerca de la frontera con Colombia), una de las provincias ecuatorianas controladas por mafias. Varios personas arrojaron un artefacto explosivo cerca de una estación policial y dos vehículos fueron quemados en otros lugares, sin dejar víctimas.
En Quito también se reportó el estallido de un auto y la explosión de un artefacto cerca de un puente peatonal. Su alcalde, Pabel Muñoz, pidió al Ejecutivo la “militarización” de instalaciones estratégicas ante la “crisis de seguridad sin precedentes”.
Según la organización Insight Crime, Los Lobos se han constituido como la segunda agrupación delictiva más numerosa de Ecuador, con más de 8.000 miembros distribuidos en las prisiones del país. El grupo ha participado en varias sangrientas masacres carcelarias en Ecuador, que dejaron más de 315 reclusos muertos solo en 2021.
La erosión de la posición de los Choneros como organización criminal dominante en Ecuador dejó el camino libre para que los Lobos tomaran el control de una poderosa federación de bandas, entre las que se cuentan los Tiguerones y los Chone Killers, para competir por el control de las prisiones en Ecuador y por el tráfico de narcóticos, como enlaces con el crimen organizado de Colombia y México. La pandilla también se ha vuelto muy activa en la industria de la minería ilegal.
Desde 2016, Los Lobos y sus aliados proveen armas y seguridad para el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se disputa el control de las rutas de cocaína en Ecuador, según el portal Código Vidrio.
Por tradición, los principales rivales de los Choneros eran los Cubanos y los Lagartos, pero las muertes de los líderes de ambos grupos debilitó ambas organizaciones. Sin embargo, la muerte del líder de los Choneros Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”, en 2020, dejó sin jefe a la organización criminal dominante de Ecuador, indicó Insight Crime.
Al reconocer la posición de debilidad de los Choneros, varias pandillas y facciones que se habían declararon aliadas del grupo mayor cambiaron de bando y crearon una nueva alianza para combatir a la debilitada megapandilla. Entre estos grupos de menor tamaño se cuentan los Lobos, los Chone Killers y los Tiguerones. Estos se hacen llamar en conjunto la Nueva Generación en referencia a los presuntos vínculos no probados con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de México.
Los Choneros es uno de los grupos criminales más prominentes de Ecuador, del que se tuvo noticia por primera vez a finales de los 90 como una organización narcotraficante establecida en la ciudad de Manta, población costera en la costa Pacífica de Ecuador.
Originalmente las autoridades identificaron el grupo como brazo armado de un cartel narco colombiano, con control sobre las rutas de tráfico marítimas por el Pacífico hacia México y Estados Unidos. Sin embargo, el arresto de las cabezas del grupo en 2011, y su consiguiente integración al sistema penitenciario, dio origen a una década de evolución para Los Choneros.
Desde 2011, Los Choneros han evolucionado para convertirse en una de las bandas carcelarias más violentas del país, con presencia permanente en penitenciarías en todo el territorio ecuatoriano, y operaciones en múltiples ciudades, donde Los Choneros se dedican al microtráfico, sicariato, extorsión y contrabando.
Tradicionalmente, las economías criminales de Los Choneros se han concentrado en la provincia de Manabí, oeste de Ecuador, específicamente en la ciudad de Manta y sus zonas aledañas, donde Los Choneros ganaron prominencia a finales de los90. Pero a medida que los miembros de la banda comenzaron a poblar cada vez más el sistema penitenciario de Ecuador hacia 2011, la incipiente transformación del grupo en una banda carcelaria comenzó a desplazar sus actividades ilícitas al sur, a la provincia de Guayas, donde los líderes de Los Choneros se encontraban privados de la libertad en la Prisión La Roca de Guayaquil.
También tenían la capacidad de transportar cargamentos de cocaína desde la frontera de Colombia con Ecuador hasta el puerto de Guayaquil en seis horas, lo que los convirtió en socios valiosos del Cartel de Sinaloa, de México.
El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, de 59 años, el 9 de agosto del año pasado apenas a unos días de las elecciones generales en el país a la salida de un mitin en Quito, puso de manifiesto el incremento de la criminalidad que vive Ecuador desde hace años relacionada con el auge de las pandillas. El reconocido periodista de investigación que luchaba contra la corrupción en el país.
Los seis colombianos detenidos en Ecuador por su muerte fueron asesinados en octubre del año pasado en una cárcel de Guayaquil, según informaron entonces las autoridades. Según una fuente a la que tuvo acceso el diario El País, los presos fueron ahorcados.
Ecuador pasó de ser una isla de paz a un fortín de guerra del narco y 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación de 17 millones de habitantes. Desde 2021 los enfrentamientos entre presos dejaron más de 460 muertos.
Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800%, al pasar de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes.
Fuente: La Tercera