El socio de Urzúa Abogados y experto en minería plantea que, por más de dos décadas, Chile fue percibido como un oasis de inversión en Latinoamérica, lo que impulsó el crecimiento del país y trajo beneficios; un escenario que hoy no se estaría dando.
La decisión del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Antofagasta de dejar fuera de tramitación el proyecto de Colbún “Central Bombeo Paposo”, y que consideraba una inversión de US$1.400 millones, ha generado distintas reacciones en la industria.
Sumándose al debate, el socio de Urzúa Abogados y especialista en minería, Daniel Weinstein, dice que este hecho representa una muy mala noticia dada la debilitada economía que presenta el país. “Me quedo con la frase que emitió el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en relación con que nadie debería alegrarse de que los proyectos de inversión se caigan”, afirma el experto.
En su opinión, la permisología ha sido el principal obstáculo para las inversiones en Chile, particularmente en los sectores de energía y recursos naturales. “Excluyendo el litio, que enfrenta desafíos particulares por su regulación especial, en minería la permisología es por lejos el mayor riesgo que enfrentan los inversionistas”, precisa Weinstein.
En cuanto a las declaraciones que dio el ministro Marcel quien sostuvo que “hay funcionarios, unidades, etc., que se les pasa un poco la mano en estos procedimientos» (refiriéndose a los procesos de evaluación ambiental), junto con la remoción del director regional del SEA Ramón Guajardo a propósito del caso Colbún, el abogado plantea que estos acontecimientos hablan por sí solos.
“Más allá de este tema puntual, hay instancias en las que ciertos servicios no cuentan con personal suficiente, lo que genera demoras y deficiencias, incluso cuando los funcionarios se esfuerzan al máximo. Es claro que, además de contar con leyes y regulaciones adecuadas, se necesita que los organismos encargados de su aplicación dispongan de los recursos y personal necesario para desempeñar bien su labor”, aclara el experto legal en minería.
“Nuestro SEA pone en peligro las inversiones”
Pero Weinsten va más allá y asegura que el caso de Colbún devela una compleja realidad. Según su análisis, el sistema de evaluación ambiental (SEA) ha llegado a un punto en que la burocracia, discrecionalidad y plazos ponen en peligro no solo las inversiones y el crecimiento económico, sino también aspectos básicos como la salud y la vivienda.
“Construir un hospital, por ejemplo, se ha vuelto una tarea titánica, como se evidenció en el caso del Hospital de La Unión, paralizado por un hallazgo de fragmentos de cerámica y la consiguiente exigencia de consulta indígena por parte del Consejo de Monumentos”, dice el experto, haciendo alusión a la necesidad de que se realicen modificaciones significativas, tanto a nivel regulatorio como institucional.
Por otra parte, el socio de Urzúa Abogados hace hincapié en que el Gobierno está interesado en que se materialicen las inversiones, sin embargo, según sus palabras, “ciertos funcionarios no siempre están alineados con esa premisa”. “Las declaraciones de los ministros Marcel y Grau apuntan a una constante invitación a invertir, y lo mismo se refleja en las declaraciones de otras autoridades, como la ministra Williams y el ministro Pardow”, puntualiza el especialista.
Finalmente, el anuncio que dio a conocer la empresa Arauco respecto a una inversión por US$4.600 millones que realizará en Brasil, profundiza la crisis por la que está atravesando la materialización de proyectos en Chile, a juicio de varios especialistas consultados por la prensa durante estos días. Los ejecutivos de la compañía señalaron a un importante medio de comunicación, que a ellos les tomó tres años obtener los permisos en el país sudamericano para poder concretar la inversión, mientras que en Chile podría haber tardado más de 10 años.
Al respecto, Weinstein asegura que, por más de dos décadas, Chile fue percibido como un oasis de inversión en Latinoamérica, lo que impulsó el crecimiento del país y trajo beneficios; un escenario que hoy no se estaría dando. “Actualmente enfrentamos mayor competencia no solo porque Chile ha perdido competitividad por varios factores en la última década, sino también porque otros países, antes fuera del radar de los inversionistas, ahora presentan oportunidades atractivas, al menos en apariencia. Hace unos años Argentina no era un destino de inversión minera, pero actualmente recibe importantes proyectos. Lo mismo ocurre con ciertos países africanos”, ejemplifica el abogado, planteando que Chile debe retomar la senda del crecimiento y reactivar los proyectos para seguir siendo un país competitivo, siempre y cuando cuente con un sistema de permisos acorde a los tiempos actuales.