Por Gastón Fernández Montero, Abogado y Exconsejero del Consejo de Monumentos Nacionales en representación de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.
Con la llegada al Senado del proyecto de ley que agiliza los permisos sectoriales, se abre una nueva oportunidad de poner atajo a la llamada permisología, que tanto daño ha causado al país.
Uno de los permisos que ha causado mayor daño es el relativo a lo arqueológico y paleontológico contemplado en el artículo 21 de la ley N° 17,288 sobre Monumentos Nacionales, que dice: “ Por el solo ministerio de la ley, son Monumentos Arqueológicos de propiedad del Estado los lugares, ruinas, yacimientos y piezas antropo-arqueológicas que existan sobre o bajo la superficie del territorio nacional. Para los efectos de la presente ley quedan comprendidas también las piezas paleontológicas y los lugares donde se hallaren.”
Este artículo, con la ambigüedad que ustedes pueden apreciar, nunca ha sido reglamentado ni definidos sus términos. Viene rigiendo desde febrero de 1970, pero cobró importancia cuando lo arqueológico y lo paleontológico fueron factores de los Estudios de Impacto Ambiental.
Numerosos rescates arqueológicos han ocasionado paralizaciones de obras y proyectos. Algunos casos hasta pintorescos, como la tapa de una bebida, confundida con una pieza arqueológica.
Grandes recursos se emplean en rescatar fragmentos sin una finalidad científica que, en la mayoría de los casos van a parar a cajitas que se depositan en museos.
La época de los bienes que se deberán proteger (indígena, colonial, etc.) no está establecida. Esta definición, se debió hacer por decreto supremo, lo que no ha ocurrido hasta hoy.
Lo que no hizo el Ejecutivo, esperamos que ahora lo haga el Parlamento y acote dicho artículo 21.