Mientras el hemiciclo del Senado estaba atento a la asunción de Tomás de Rementería como nuevo integrante de la Cámara Alta, en los pasillos del Congreso estaba presente su reemplazante en la Cámara de Diputados. Arturo Barrios, militante histórico del Partido Socialista, concertaba encuentros con quienes se convertirán en sus compañeros de bancada en unos días más, cuando asuma como diputado tras la semana distrital.
Barrios, nacido en 1967, estudió en el Colegio Saint George. Ese fue su paso previo antes de entrar a estudiar Historia en la Universidad de Chile, donde fue dirigente estudiantil y presidente de la Federación de Estudiantes de la casa de estudios, traspasándole su mandato a Álvaro Elizalde. Por esos años comenzó su militancia en el PS.
En el desarrollo de su profesión fue que en 2023 emitió una frase desafortunada que le valió la apertura de una investigación a la Fiscalía. En un seminario de Horizonte Ciudadano, fundación creada por la expresidenta Michelle Bachelet, el socialista dijo que tenía “pactos con el narco para poder entrar a trabajar en las poblaciones”, donde suele dictar clases a alumnos con mayor riesgo social. Sin embargo, su alusión al narco provocó un reproche político transversal, que le llevó a rectificar sus dichos.
La frase la hizo como vicepresidente del partido. Hoy ostenta el mismo cargo, pero en la primera vicepresidencia, ante el auge que tuvo su nombre y su lote, Grandes Alamedas, en las últimas elecciones internas del PS celebradas en la quincena de marzo. Su nombre, dicen al interior del partido, es sinónimo de influencia en la colectividad.
De hecho, en la elección del PS se avizoraba que él llegaría a integrar la secretaría general, cargo que ya tuvo en 2003, y que ahora está en manos de Camilo Escalona. Con este último, quien integra el lote Nueva Izquierda, fue cercano años atrás. Cuando Escalona integraba el Congreso, Barrios era su asesor legislativo. Sin embargo, ambos han tomado distancias del otro.
A pesar de ello, se pudo materializar un acuerdo en donde Escalona mantuviera su cargo, mientras Barrios era escogido como la autoridad más importante de la directiva después de la presidenta, Paulina Vodanovic, y del propio secretario general.
Y aunque Barrios goza de una condición favorable internamente en el núcleo del PS, sobre todo en la Nueva Izquierda, liderada por Andrés Santander, en el PS señalan que ese prestigio no lo goza en instancias fueras del partido. El argumento que utilizan son sus resultados electorales en elecciones populares.
En 1993, mismo año que era presidente de la FECh, fue candidato a diputado por el extinto distrito 30. Lo hizo en un cupo PS, pero no resultó electo. Una situación similar se vivió en 2009, cuando, en esa oportunidad, compitió por un cupo en la Quinta Región. Tampoco consiguió su cometido.
A pesar de ello, próximamente se integrará a la Cámara de Diputados en el distrito 7. Su nombre, de hecho, ya figura como el sucesor de Tomás de Rementería en la página web de la Biblioteca del Congreso Nacional de este último, quien llega al Senado a llenar el cupo que dejó vacío la ahora exsenadora Isabel Allende, destituida por el Tribunal Constitucional.
Con ello, se espera que Barrios represente el escaño por unos 10 meses, y que su continuidad en el cupo esté en juego en noviembre, mes de las parlamentarias. En esos comicios el PS tiene cautela, puesto que ven posible que De Rementería retorne a la Cámara tras culminar también su paso por meses en el escaño del Senado. ¿El motivo que se prevé? Que el parlamentario no quiera disputar la contienda electoral con su pareja y madre de uno de sus hijos, Karol Cariola, nominada por el PC para representarles en la región.
El polémico paso cultural de Barrios
En 2008, Barrios era subdirector del consejo de Cultura, que era dirigido por entonces por la actriz Paulina Urrutia. Un año después, en septiembre de 2009, se vio envuelto en líos con la Contraloría, donde el ente contralor decidió suspenderlo de su cargo por tres meses por usar un vehículo institucional con fines particulares.
En noviembre, en tanto, otra investigación comenzó en la misma rama de cultura. La Contraloría, nuevamente, instruyó a restituir $8,8 millones por una fiesta que se realizó en el Sporting Club de Viña del Mar, en un aniversario de la cartera. No obstante, a juicio del ente contralor, los gastos de representación no correspondían. A la vez se iniciaba un juicio de cuentas en contra de Urrutia y Barrios, además de otros funcionarios, por gastos irregulares en la repartición.
Esos eventos coincidieron con la segunda aventura electoral de Barrios, la que no terminó por conseguir éxito. “Ha habido un aprovechamiento político brutal”, decía por entonces.
En todo caso, sus pasos por el Ejecutivo no se limitan únicamente a ese espacio. También ha sido asesor en el antiguo Ministerio de Desarrollo Social (llamado Mideplan), en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, y en el Ministerio de Educación, en los tiempos en los que la Concertación estaba al mando del país.
Como hobbies, entre sus pares reconocen su condición atlética. Cuentan que corre todas las semanas una maratón. Y lo hace con un mensaje especial: porta consigo camisetas que llevan el rostro de detenidos desaparecidos durante la dictadura.
Evidencia de ello hay en sus redes sociales. “Cada carrera un homenaje, hoy corremos por el Compañero Luis Fernando Norambuena”, dice una publicación de su Instagram del 15 de diciembre.
Fuente: The Clinic