Falta de inercia en renovables: el factor común tras los apagones en España y Chile

  • La reciente falla masiva en España reabrió el debate sobre la fragilidad estructural que comparten los sistemas eléctricos modernos con alta presencia de energías renovables. Una editorial reciente de El Mercurio advierte que el verdadero problema no es la falta de energía, sino un diseño que no ha sabido adaptarse a tecnologías sin inercia.

El apagón eléctrico que dejó a buena parte de España y Portugal a oscuras hace pocos días encendió una alerta que resuena también en Chile: los sistemas eléctricos con alta penetración de energías renovables enfrentan un nuevo tipo de vulnerabilidad. Así lo sostiene una editorial de El Mercurio, uno de los diarios de mayor influencia en Chile, que traza un paralelo entre el evento ibérico y el gran apagón chileno ocurrido el 25 de febrero, apuntando a un factor estructural compartido: la falta de inercia en la transición energética.

Tal como ocurrió en Chile, en el sistema ibérico las fluctuaciones de frecuencia provocaron la desconexión automática de centrales renovables no convencionales, que en ese momento suministraban el 60%. 

Según el texto, “el apagón español, al igual que el chileno, no se debió a un déficit de energía, sino a la inestabilidad de un sistema eléctrico que no está adaptado a la presencia masiva de energías renovables no convencionales”. El problema principal -agrega- “es que estas no proveen inercia al sistema; en cambio, aumentan su inestabilidad”.

A diferencia de las energías convencionales, cuya inercia “proviene de la rotación de los generadores”, las renovables, como la solar y eólica, carecen de esta característica. Esa inercia es lo que permite mantener la estabilidad por unos segundos hasta que ingresen otros servicios complementarios más lentos. 

La editorial enfatiza que las ERNC no son inherentemente inestables, pero requieren servicios específicos para estabilizar el sistema en los “segundos críticos que se producen antes de que los respaldos más lentos se activen”.

Entre las soluciones que cita el texto están los medios físicos como “centrales convencionales que giran, pero no proveen energía al sistema, o rotores impulsados por motores eléctricos”. También plantea como alternativa la inercia sintética, provista por baterías que se descargan ante las fluctuaciones, o por equipos instalados en las centrales renovables.  “Todas estas opciones tienen un costo, el que tendrá que ser asumido, al final, por la sociedad como un todo”.

Para el caso chileno, la editorial propone que una forma de reducir ese costo es “retrasar la salida de algunas plantas térmicas, de manera de no elevar en exceso el precio de las medidas que demanda mantener un sistema robusto”.

Finalmente, el texto concluye que, aunque la alta penetración de renovables no convencionales tiene efectos inesperados, “eso no significa que no sean la mejor solución energética de largo plazo para el país”. 

 

Fuente: El Mercurio