Hace un año, Chile comenzó a implementar de forma progresiva la Ley de 40 horas, que en su primera fase redujo la jornada laboral de 45 a 44 horas semanales.
Esta normativa, que busca mejorar el equilibrio entre la vida personal y laboral, ha generado diversas reacciones entre las empresas, especialmente en las pequeñas y medianas, que enfrentan desafíos únicos debido a su estructura más reducida.
Para las pymes, la adaptación a la nueva jornada laboral implica un reto mayor que para las grandes empresas, ya que los recursos, tanto humanos como operativos, son limitados.
Blanca Vives, CEO de Potencia Empresas, explica que las pymes y las startups enfrentan una mayor presión por la necesidad de reorganizar sus tiempos de trabajo y optimizar sus procesos, sin perder productividad.
Sin embargo, según el estudio Pulso 40 horas de Talana, un 55% de los trabajadores en pymes no ha notado un cambio significativo en sus condiciones laborales tras la reducción a 44 horas.
Esto sugiere que, en muchos casos, las pequeñas empresas han logrado implementar la medida sin mayores dificultades operativas. A pesar de los desafíos iniciales, muchas pymes han podido ajustar sus procesos de trabajo y seguir funcionando con una jornada laboral más corta.
El Impacto en la productividad y el bienestar
Aunque las pymes enfrentan mayores obstáculos, los resultados de este primer año muestran que los beneficios de la ley son visibles, incluso en empresas de menor tamaño.
Según el estudio, un 26% de los trabajadores que vieron reducida su jornada laboral en las pymes reportaron una mejora en su rendimiento, mientras que el 59% evaluó el impacto como “positivo” o “muy positivo”.
Esta percepción es aún más fuerte entre los empleados de cargos medios, lo que indica que la medida podría estar favoreciendo a los trabajadores que ocupan posiciones intermedias.
El objetivo de la ley de mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal también parece haber tenido un impacto positivo, con el 44% de los trabajadores en pymes indicando que su calidad de vida ha mejorado.
Aunque un 55% no ha percibido un cambio claro, la ley ha tenido un impacto significativo en la manera en que los empleados gestionan su tiempo, y esto podría ser una ventaja competitiva para las pymes en términos de bienestar y retención de talento.
La clave para que las pymes aprovechen al máximo los beneficios de la ley radica en su capacidad para gestionar el tiempo y los equipos de manera eficiente.
Otro factor clave en la implementación de la ley en las pymes es la comunicación interna.
Según la información recabada por el estudio, el 67% de las pymes han informado o capacitado a sus trabajadores sobre la nueva jornada laboral, aunque este porcentaje es menor en comparación con las grandes empresas, donde el cumplimiento llega al 76%.
La comunicación efectiva y la capacitación son fundamentales para garantizar que los empleados comprendan los beneficios de la ley y cómo afectará su día a día.
A pesar de las diferencias en el nivel de conocimiento de la ley entre empresas grandes y pequeñas, las pymes han demostrado ser flexibles y capaces de adaptarse rápidamente.
A medida que la ley sigue su implementación progresiva, las pymes y emprendimientos deberán seguir adaptándose. Aunque los desafíos no han sido menores, la reducción de jornada presenta una oportunidad para las empresas más pequeñas de reinventar sus estructuras de trabajo y aumentar la competitividad en un mercado cada vez más flexible y dinámico.
Fuente: La Cuarta