Por Marko Razmilic, presidente Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA).
Estamos terminando el Mes de la Minería en un periodo de cambios y oportunidades renovadas para nuestra principal actividad productiva.
Nuestra asociación ha cumplido 80 años de existencia, con más de 300 empresas socias (incluidas las principales mineras), con una feria internacional con más de 32 países y 1.100 empresas expositoras, con un registro de 3.500 empresas proveedoras evaluadas y calificadas, y con dos colegios técnico-profesionales con más de 20 años de experiencia. Lo anterior nos llena de orgullo y podemos decir que nuestra AIA, desde la capital minera, es hoy una de las voces gremiales más autorizadas a nivel nacional.
Desde esta posición, valoramos un reciente estudio que ha mostrado que la Región de Antofagasta es la que tiene mayor movilidad económica intergeneracional: ninguna otra región chilena, incluida la Metropolitana, ofrece la posibilidad para romper el círculo vicioso de la transmisión intergeneracional de la pobreza.
Este desarrollo será sostenible en el tiempo y se acrecentará porque nuestra región lidera la cartera de proyectos de inversión en minería y energía. Pero, para lograrlo, se requiere el apoyo público para las tramitaciones de los permisos sectoriales se realicen en tiempos razonables, es decir, es urgente resolver los problemas de la permisología. Sí, porque hoy tenemos desafíos relevantes en materia de crecimiento económico, productividad, seguridad, valor social, etc. Es perentorio entonces atraer y concretar nuevas inversiones que requieren de políticas claras y procesos simples que brinden certezas a la hora de invertir.
Por esto reiteramos el llamado a nuestros parlamentarios a acelerar el proceso de tramitación del proyecto de ley marco de autorizaciones sectoriales, lo anterior sin descuidar los altos estándares ambientales.
La industria minera, desde Antofagasta, por su fuerza y compromiso, es el sector llamado a mover la aguja del crecimiento y desarrollo nacional. Una encuesta reciente mostró que el 82% de los encuestados estima que la minería trae desarrollo para las regiones, y el 83% que es positiva para el país. Con esta convicción, en este mes declaramos nuestro sueño de que Antofagasta se consolide como la primera región desarrollada de Chile, transformándonos en referente mundial como un Antofagasta Copper Valley y Antofagasta Lithium Valley.
Para lograrlo, necesitamos poner el pie en el acelerador y, con valentía y propósito romper los «límites de la caja» y aprovechar la coyuntura planetaria presente para dar un nuevo salto estratégico en capital humano, innovación, desarrollo tecnológico y calidad de vida de nuestra comunidad. Así lograremos construir para el presente y dejaremos como legado futuro una industria y región minera modelo, diversificada y sustentable.