Startup chilena ’SmartUp’ crea innovador sistema de automatización con IA para la toma de pedidos

Imagínate hacer un pedido para tu negocio y que el amigable proveedor que te atiende resulta ser una sofisticada inteligencia artificial, ¿increíble, no? Pues bien, aunque suena un tanto futurista, esta tecnología ya es una realidad y llegó a cambiar la forma de hacer transacciones comerciales entre grandes empresas.

Una de las compañías que encabeza esta revolución es SmartUp, una startup fundada por un grupo de jóvenes chilenos que en tan solo dos años logró posicionarse en el mercado norteamericano y trabajar con gigantes de la industria de alimentos.

La compañía desarrolló “SmartOrder”, una plataforma de inteligencia artificial que permite a las empresas del mundo B2B (de “negocio a negocio”) hacer una captura y gestión eficiente de pedidos.

Esta tecnología ha alcanzado tal éxito, que incluso obtuvo financiamiento del conocido magnate estadounidense Chris Klaus. Actualmente, la empresa tiene más de 20 clientes activos, entre los que se encuentran UniPro Foodservice, el mayor distribuidor de alimentos de Estados Unidos.

En conversación con BioBioChile, Alan Ben-Dov, co-fundador de SmartUp, explicó que “la startup ha evolucionado hacia un enfoque más especializado, que ir simplemente tras la automatización general de procesos. Esto ocurrió gracias a que el mercado mismo nos fue mostrando dónde estaban realmente las oportunidades de automatización insatisfechas”.

Inicios de la startup chilena

Los inicios de SmartUp se remontan a hace tan solo un par de años, cuando Maximiliano Mardones y Daniel Sateler, dos jóvenes estudiantes de Ingeniería Informática, decidieron emprender en la inteligencia artificial.

La idea surgió cuando vieron el enorme potencial de la IA tras la aparición de ChatGPT. “Cuando vieron ese lanzamiento, pensaron: ‘Esto es una locura, no podemos desaprovecharlo. Lo que viene de aquí en adelante ya no tiene nada que ver con lo que podamos aprender en la universidad’”, señaló Ben-Dov.

Ambos concluyeron que lo que estudiaban, probablemente, no les serviría en el futuro. Por eso, decidieron abandonar la universidad y comenzar un revolucionario proyecto: una plataforma orientada a construir flujos de agentes de IA que operaran en distintas áreas de negocio.

“Ellos comenzaron con una idea amplia sobre la automatización de áreas de negocio. Luego nos sumamos más personas al proyecto y le dimos un enfoque más comercial a la compañía. Ellos tenían una visión increíble y mucho talento, solo necesitaban desarrollar el proyecto con una mentalidad más propia de una startup para crecer rápido, levantar capital y escalar”, contó Alan.

En el ámbito industrial, en estos procesos hay personas encargadas de recibir pedidos, consultar en el sistema, confirmar existencias, con una dinámica a veces ineficiente. Con esta tecnología, se mejora enormemente el nivel de servicio, dado que el cliente es atendido de forma automática y realiza su solicitud en cuestión de minutos.

“Nos dimos cuenta de que teníamos un gran producto y lo ofrecimos a clientes del mundo del food service. Descubrimos que el problema de la toma de pedidos no solo era común, sino fuerte y repetido. Eso nos motivó enfocarnos en este sector y mejorar el modelo”, indicó el co-fundador.

Equipo SmartUp
Equipo SmartUp | Cedida

¿Cómo funciona SmartUp?

A grandes rasgos, la tecnología de SmartUp permite automatizar pedidos con la ayuda de agentes que usan inteligencia artificial. Ellos se encargan de recepcionar la información en diversos formatos y canales, procesar los datos recibidos y luego enviarla sin errores al software ERP (sistema de planificación de recursos) que use la empresa.

“Cada vez que un cliente hace un pedido, nuestro sistema busca la información en el ERP: verifica si los productos existen, si hay stock y cuál es el precio. Además, tiene la capacidad de hacer sugerencias, reemplazos, generar pedidos sugeridos con base en un presupuesto determinado, o incluso armar un carrito de compras según un menú predefinido”, comentó Ben-Dov.

La plataforma está diseñada de manera tan compleja que permite a varios robots trabajar de forma simultánea, sin la necesidad de la intervención humana. Además, sus módulos de análisis conversacional permiten detectar patrones y cruzar datos para optimizar la cadena de suministro y ahorrar costos millonarios a las compañías.

“La ‘magia’ ocurre cuando logramos ejecutar acciones concretas a partir del análisis, integrándonos con cualquier sistema que tenga una API (la puerta de entrada que dejan los software para poder interactuar con ellos)”, detalló Alan.

A diferencia de un chatbot común, esta tecnología ofrece una dinámica fluida y personalizada, adaptando el idioma y tono de las respuestas según el estilo de conversación que se entabla con el usuario.

La compañía escaló a tal punto que ha competido con otras grandes empresas del rubro, incluso con startups unicornios. “Existen competidores, pero operan de manera distinta a nosotros”, aseguró Ben-Dov.

“Nos adaptamos a las empresas, ellas no necesitan migrar a una nueva plataforma. Nos integramos directamente con sus sistemas, manteniendo el comportamiento que ya conocen y que les resulta cómodo a sus clientes”, añadió.

Un modelo para la toma de pedidos en restaurantes

Además de su modelo de automatización de pedidos en entornos B2B para grandes proveedores, la startup chilena también está desarrollando un sistema para la toma de pedidos en cadenas de comida rápida, es decir, un modelo B2C (de “negocio a consumidor”).

Esta tecnología funciona de forma similar al caso del pedido B2B, ya que el cliente habla, el agente interpreta y luego convierte esa información en una orden dentro del sistema del restaurante (como en los AutoMac de McDonald’s). La comanda llegará automáticamente a la cocina, se prepara el pedido y el cliente lo recibe al avanzar con su auto.

“La idea es que, en lugar de que una persona tome la orden por micrófono, el cliente interactúe directamente con un asistente de voz automatizado, es decir, un robot que entiende el pedido y lo procesa”, declaró Alan.

El futuro de SmartUp

Actualmente, la startup está radicada en Atlanta (Georgia), Estados Unidos, pero también cuentan con desarrolladores en Chile, Argentina y Perú, gracias a la inversión del magnate Chris Klaus, un conocido empresario e inventor que ha ganado reconocimiento a nivel mundial por su trabajo en el desarrollo tecnológico y ciberseguridad.

“Nos asociamos con él (Chris Klaus) y decidió invertir en nosotros para seguir desarrollando este proyecto. Él invirtió en nosotros precisamente para apoyarnos en la entrada al mercado estadounidense”, mencionó el co-fundador.

Por ahora, la compañía chilena está enfocada en el rubro del Food Service, dadas las oportunidades de negocio que puede generar su modelo. No obstante, en un futuro podrían expandirse a otras áreas con múltiples casos de uso, como la salud.

“Durante estos 12 meses, debemos transformarnos en el sistema de order handling más avanzado del mercado. No solo buscamos ser el mejor a nivel de producto, sino también el que logre capturar la mayor cuota de mercado. Ese es nuestro objetivo”, puntualizó.

Fuente: biobio Chile