La destrucción en Gaza ha dejado a toda la población sin medios de subsistencia en una situación nunca antes sufrida en el enclave palestino, con toda su sociedad al borde del colapso, advirtió este martes Acción contra el Hambre.
La organización no gubernamental (ONG) compartió en Madrid (España) testimonios de varios de sus miembros tras regresar de la Franja, donde los muertos superan los 36.500 y los heridos suman casi 83.000, la mayoría mujeres y niños, desde que Israel lanzó su ofensiva militar tras el ataque del grupo islamista Hamás del pasado 7 de octubre.
La crisis
La guerra “ha dejado a toda la población sin medios de subsistencia y sin ningún acceso a servicio básico“, relató Cristina Izquierdo, coordinadora de nutrición de un equipo de emergencias de Acción contra el Hambre que ha estado en Gaza.
La crisis humanitaria hace temer que en muchas zonas la hambruna llegue a niveles extremos, superiores al 30% de la población, pero la imposibilidad de acceder a distintas áreas de la Franja impide conocer con más precisión este drama.
La ayuda humanitaria “tiene que llegar de forma inmediata y generalizada para prevenir así una mortalidad a gran escala”, pues en caso contrario “el colapso de la sociedad puede llegar a pasar“, aseveró la cooperante.
Izquierdo describió el deterioro de una persona que no recibe una mínima alimentación, con consecuencias irreversibles para el resto de su vida, en especial para los niños, cuyo desarrollo se ve lastrado.
“Los músculos, la piel, el pelo, las uñas. La apariencia de demacrado que vemos en las personas“, relató, por lo que el principal objetivo de Acción contra el Hambre es hacer llegar alimentos la población en mayor riesgo.
“Nunca antes nos habíamos visto en esta situación“, lamentó.
“En Gaza no existe nada”
Su compañera Fenia Diamanti, coordinadora de proyectos de emergencias de Acción contra el Hambre, que acaba de regresar de la Franja, narró cómo “en Gaza lo más simple ahora es muy complicado”.
“En Gaza no existe nada” y quienes logran acceder al enclave costero tienen que llevar desde comida y productos de higiene a equipos electrónicos como el cargador de un teléfono móvil, comentó.
Ropa para niños, zapatos, medicamentos, pues no hay ni un “simple analgésico”, todo “lo tenemos que llevar desde fuera” y pueden pasar semanas hasta que esa ayuda pueda entrar por el paso de Kerem Shalom, aseguró.
Diamanti agregó que luego dentro de la Franja es muy complicado almacenar y distribuir la ayuda, sin combustible y con las carreteras destrozadas.
Un día que logró volver al norte de Gaza, algo imposible para muchos gazatíes, a donde estuvo su casa, vio a los niños, que son cerca de la mitad de una población de algo más de dos millones de personas, que “están en la calle y tienen que buscarse la vida”.
“No funciona nada”, indicó, por lo que niños separados de sus padres no se pueden reunir con ellos si no hay combustible para desplazarse o las calles están bloqueadas con escombros.
Sus testimonios acompañaron las intervenciones Noelia Monge y Rafael de Prado, también miembros de Acción contra el Hambre, que lleva décadas trabajando en Palestina, tanto en Gaza como en Cisjordania, y es de las pocas organizaciones humanitarias que sigue sobre el terreno en la Franja “a pesar todas dificultades”.
Fuente: CNN Chile