Cogat utilizó como ejemplo el caso de Abdullah Hani Muhammad Abu Zarqa, un niño de unos cuatro años del que algunos medios como la agencia palestina de noticias, Wafa, difundieron imágenes asegurando que sus problemas de salud se debían al hambre.

El comunicado castrense difunde un presunto documento del hospital Nasser de Jan Yunis (sur de Gaza) en el que se apunta que el menor padece raquitismo hipocalcémico resistente a la vitamina D, “una enfermedad genética que causa deficiencias de vitaminas y minerales, osteoporosis y adelgazamiento óseo”.

En las últimas semanas, Israel ha asegurado que otros menores presentados como casos extremos de desnutrición como Mohamed Motawaq (portada de The New York Times) u Osama al Raqab (cuya fotografía abrió Il Fatto Quotidiano), entre otros, padecían enfermedades previas.

Desde el Hospital Amigos del Paciente de la ciudad de Gaza, a cargo de todos los casos de desnutrición en el norte del enclave, su director, Said Salah, ha reiterado a EFE en numerosas ocasiones que la carencia de alimentos, suplementos nutricionales y medicinas en Gaza agrava la situación de estos menores incluso si padecen condiciones previas.

Carencia de alimentos

Esta carencia se debe al bloqueo que Israel mantiene al acceso de estos bienes en Gaza, que fue total entre el 2 de marzo y el 19 de mayo y es ahora parcial, con un acceso muy limitado.

El Cogat aseguró que una media de unos 270 camiones diarios habían entrado a Gaza a lo largo de la semana pasada, a pesar de que las agencias de la ONU inciden en que son necesarios entre 500 y 600 al día para abastecer a la población, que arrastra las consecuencias de casi dos años de ofensiva militar en el enclave.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 12.500 personas requieren ser evacuadas de la Franja para recibir atención médica en el extranjero.