En medio del creciente conflicto entre Israel e Irán, la atención internacional vuelve a centrarse en una misteriosa y fuertemente custodiada instalación nuclear iraní: la planta de Fordow.
Ubicada cerca de la ciudad sagrada de Qom y enterrada bajo una montaña, esta estructura ha sido durante años fuente de especulaciones, preocupación internacional y blanco potencial de ataques militares.
Aunque Irán insiste en que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles, tanto Israel como Estados Unidos sostienen que Fordow podría ser clave en un eventual desarrollo de armas nucleares.
“El tamaño y la configuración de esta instalación son incompatibles con un programa pacífico”, advirtió en 2009 el entonces Presidente estadounidense Barack Obama, al revelar públicamente su existencia junto a líderes de Francia y Reino Unido.
Un búnker bajo tierra que desafía la fuerza aérea
Imágenes satelitales recientes muestran un complejo casi impenetrable: cinco túneles que se extienden hacia la montaña, una gran estructura de soporte y un extenso perímetro de seguridad.
Estimaciones apuntan a que sus salas principales están ubicadas a entre 80 y 90 metros bajo tierra, lo que la hace prácticamente invulnerable a ataques aéreos convencionales, incluidos los misiles israelíes.
Según fuentes de inteligencia citadas por medios internacionales, la instalación está equipada para albergar uranio enriquecido a niveles que podrían ser compatibles con la producción de ojivas nucleares.
Israel sostiene que parte de este material está oculto en Fordow, y aunque ha lanzado ataques recientes sobre el sitio, imágenes satelitales tomadas el 14 de junio de 2025 no muestran daños visibles tras los bombardeos del viernes anterior.
¿Puede EE. UU. destruir Fordow?
La única bomba conocida capaz de penetrar las profundidades de Fordow es la “Massive Ordnance Penetrator” (MOP GBU-57), desarrollada por Estados Unidos.
Con más de 13 toneladas de peso y una capacidad de perforación de más de 60 metros antes de detonar, esta bomba antibúnker solo puede ser lanzada desde un bombardero estratégico B-2, y debe ser dirigida con extrema precisión.
El excoronel del Ejército estadounidense Steve Ganyard señaló a ABC News que esta arma fue “específicamente diseñada para enfrentar amenazas como Fordow o instalaciones similares en Corea del Norte”.
Aunque la Casa Blanca se ha mantenido ambigua sobre una eventual participación directa en la ofensiva contra Irán, el Presidente Donald Trump —quien ha vuelto a ejercer influencia en la política exterior de Washington— dejó abierta la posibilidad de una intervención militar.
“Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer”, declaró esta semana en una conferencia de prensa.
¿Qué busca Irán?
La incertidumbre sobre las verdaderas intenciones del régimen de los Ayatolás persiste.
Mientras Teherán insiste en que su programa nuclear tiene fines médicos y energéticos, informes de inteligencia, documentos robados por el Mossad y evaluaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han alimentado la sospecha de que el país podría estar acelerando la conversión de su uranio enriquecido en armas nucleares.
Algunos analistas advierten que, ante los ataques israelíes y el aumento de la presión internacional, Irán podría optar por cruzar el umbral nuclear. Según estas fuentes, Fordow sería el lugar ideal para hacerlo, dado su blindaje natural y su ubicación estratégica.
Fuente: CNN Chile
