Hace setenta años, en el verano de 1954, el gobierno de Dwight Eisenhower implementó la famosa “Operación Espalda Mojada”. Esta operación, oficialmente culminada con la expulsión de aproximadamente 1.300.000 migrantes indocumentados, ha sido considerada por muchos como la mayor deportación en la historia de Estados Unidos.
Sin embargo, según recordó BBC Mundo este domingo, su legado está marcado por la controversia, el impacto en comunidades de migrantes y ciudadanos de origen mexicano, y la introducción de tácticas militares en el control de la migración.
Lo anterior, se da en el marco de las declaraciones de Donald Trump en 2023 durante un mitín en Iowa, donde señaló que va a “ejecutar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.
Operación Espalda Mojada
La Operación Espalda Mojada fue anunciada en mayo de 1954 por el fiscal general Herbert Brownell, el comisionado del Servicio de Naturalización e Inmigración (INS), general Joseph Swing, y el jefe de la Patrulla Fronteriza, Harlon B. Carter.
Este esfuerzo prometía “barrer” el suroeste de Estados Unidos para localizar, detener y deportar a migrantes mexicanos indocumentados. El término “espaldas mojadas” era un insulto racista hacia los migrantes que cruzaban el Río Bravo y llegaban mojados a Estados Unidos.
El 9 de junio de 1954, la operación se puso en marcha en California y Arizona, con unos 800 agentes fronterizos estableciendo puntos de control para atrapar a los indocumentados. Durante la primera semana, detuvieron a más de 12.300 mexicanos y deportaron a unos 7.000 a Nogales. Para finales de mes, la cifra de detenidos aumentó a 22.000.
Militarización de la frontera
La operación afectó no solo a los migrantes indocumentados, sino también a ciudadanos estadounidenses de origen mexicano, separando familias y generando un ambiente de terror. Según narró la historiadora Delia Fernández a BBC, “esta nueva política marcó el inicio de las modernas redadas de deportación y la militarización de la frontera que conocemos hoy”.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza, organizados en grupos y apoyados por vehículos y avionetas, realizaron redadas en granjas, plantas industriales, restaurantes y hogares en comunidades con gran presencia de mexicanos.
En Los Ángeles, el INS convirtió un parque público en un campamento improvisado para los deportados. La operación no solo involucró la deportación, sino que también incentivó las autodeportaciones, con muchos migrantes optando por regresar voluntariamente para evitar el arresto y deportación forzada.
Una supuesta amenaza
La justificación oficial de la operación se basaba en la supuesta amenaza que los trabajadores indocumentados representaban para Estados Unidos. Según el fiscal general Brownell, estos migrantes “desplazaban a los trabajadores locales, afectaban las condiciones laborales, esparcían enfermedades y contribuían a la tasa de criminalidad”.
Sin embargo, las mismas autoridades estadounidenses “se encontraban entre dos fuerzas opuestas: aquellos que rechazaban a los migrantes indocumentados procedentes de México y aquellos que querían contratarles”, indicó BBC. Algunos expertos sugieren que el verdadero motivo detrás de la operación era satisfacer las necesidades de ciertos sectores económicos que dependían de la mano de obra barata, mientras se apaciguaba a los sectores nativistas de la población.
La Operación Espalda Mojada también estuvo vinculada al Programa Bracero, iniciado durante la Segunda Guerra Mundial para suplir la demanda de mano de obra en Estados Unidos con trabajadores mexicanos. Este programa permitió la entrada legal de unos 4.6 millones de mexicanos en sus 22 años de vigencia, con condiciones laborales controladas para evitar que los trabajadores se quedaran permanentemente.
“Un juego de manos político”
El impacto real de la operación y las cifras de deportaciones son objeto de debate. Según explicó la historiadora Kelly Lytle Hernández al citado medio, “las más de un millón de deportaciones registradas en 1954 no pueden ser atribuidas a ese programa de verano debido a que el año fiscal 1954 concluyó el 30 de junio de 1954, apenas dos semanas después del inicio de la operación de verano”. La operación incentivó las autodeportaciones, permitiendo que muchos migrantes regresaran a EE.UU. como braceros sin un expediente migratorio.
Eladio Bobadilla, historiador de la Universidad de Pittsburgh, sostuvo por su parte que “la Operación Espalda Mojada, sobre todo, fue un juego de manos político destinado a apaciguar a los nativistas y, al mismo tiempo, seguir garantizando que los agricultores y otros empleadores de mano de obra mexicana barata siguieran teniendo acceso a los trabajadores”.
Setenta años después, la Operación Espalda Mojada sigue siendo un tema controvertido y un punto de referencia en la historia de la migración en Estados Unidos. Más allá de las cifras y las justificaciones oficiales, su legado reside en la forma en que cambió las políticas migratorias y en el impacto duradero en las comunidades de migrantes.
Fuente: BioBioChile