En el año 2003, un desconocido padre Robert Prevost, entonces prior general de la Orden de San Agustín, llegó a Chile en el marco de una visita protocolar para evaluar cómo se manejaba la orden en esa época en el país. El mandamás de la comunidad estuvo en los colegios San Agustín de Ñuñoa y Concepción, y quienes lo recibieron, festejaron su llegada sin saber que 22 años después se convertiría en una de las personas más famosas del mundo, al ser nombrado como el nuevo papa León XIV.
Osvaldo Garay, diácono del Colegio San Agustín en 2003, fue uno de los encargados de recibir a Prevost. En conversación con The Clinic, recuerda algunos pasajes de esa visita, donde destaca que León XIV era “una persona muy afable, cercana, muy querida entre los niños”.
“Él vino a hacer unas visitas para ir evaluando cómo estaba la orden en esa época acá. Y visitó distintas obras que tienen los agustinos, las parroquias y los colegios. Y en eso fue al Colegio San Agustín de Santiago y también al de Concepción. En el de Santiago estuvimos juntos“, recuerda Garay.
En su paso por Chile lideró una revisión de los colegios, y en su llegada se le hizo un desayuno con la orden de San Agustín en Chile. Junto con su cercanía a los niños, relata que mantenía la misma relación con adultos, y que le llamó la atención que era una persona particularmente “sencilla”.
Que recuerde el exdiácono del colegio, esa fue la única vista de León XIV a Chile. También fue la única vez que estuvieron juntos, pero dado a la relevancia de Prevost para la orden a nivel mundial, fue una visita que quedó en su recuerdo. “Era una persona muy cercana, sencilla. Muy cercana también de los acontecimientos que están pasando en el mundo. Muy sensible. Especialmente cuando estuvo en Perú”, recuerda Osvaldo Garay.
La reacción de la orden de San Agustín en Chile al enterarse la elección de León XIV como nuevo papa
Al enterarse hoy de la elección de León XIV como nuevo papa, Osvaldo Garay llegó a emocionarse. Automáticamente recordó el paso del nuevo sumo pontífice al país, pero más le iluminó el hecho de que un representante de su orden se transformara en la máxima autoridad eclesiástica.
“Realmente impresionante. Muy, muy emotivo. Hoy tengo varios WhatsApp con distintas generaciones, donde fui profesor jefe, y los llamados han sido pero a cada rato. Felicitándonos por el nombramiento del papa, que es el primer papa agustino que hay en la historia”, confiesa con orgullo.
De todas formas, cuando lo recibieron hace 22 años, no miraban hacia el futuro. Nunca pensaron que era una persona que podía llegar tan lejos, solo que “en esa época no pensábamos qué tan lejos podía llegar, sino que era el general de la orden que venía a revisar qué es lo que se estaba haciendo en Chile”, cuenta el diácono.
Por lo mismo, las conversaciones que sostuvieron entre Garay y el Padre Prevost se centraron en el estado del colegio. “Conversamos de cómo estaban los niños, cómo estaba el colegio, viendo la visión que teníamos del colegio en esa época”, cuenta.
Pero si recuerda, sobre la visión de León XIV de Chile que “la cordillera le gustó un montón. Porque el liceo tiene una vista muy preciosa de la cordillera misma que aparece pero hermosísima en el tiempo de invierno”.
“De todas maneras sigue la línea del papa Francisco”
Para los agustinos es muy relevante que el nuevo papa León XIV mantenga su identidad vinculada a la orden, y su personalidad sencilla y humilde. Eso, asegura el diácono Garay, permitirá al nuevo pontífice continuar el legado de Francisco I.
Conociendo la carrera de Prevost, destaca que “de todas maneras sigue la línea del papa Francisco. Es una persona que sigue muy bien el pensamiento de San Agustín, porque las primeras palabras que dijo fueron ‘con ustedes soy cristiano y para ustedes soy obispo’. Que es una de las frases que tiene San Agustín cuando lo nombraron obispo. Y es una persona intelectual, muy bien formada también, y que está muy preocupado de lo que sucede en el mundo“.
“Para mí que siga la línea del padre Francisco y que la profundice más todavía. Que se siga abriendo al mundo, que esté con la gente, que sea como el mismo papa Francisco decía, que tenga olor a oveja. Que esté con el pueblo y para el pueblo”, concluye.
Fuente: The Clinic