Dos horas de fila, documentos para retirar que no están, y una incierta espera: crónica de las largas colas en el Registro Civil de Ñuñoa

En el Registro Civil de Ñuñoa, ubicado en Dublé Almeyda 3143, hay una sensación colectiva de frustración, enojo, y cansancio, un jueves de febrero cerca de las 13 horas.

Por suerte de las personas que esperan pacientemente en el establecimiento, el sol no alcanza la casa de tres pisos, que tiene habilitada solo la primera planta para atender al público.

Una larga fila se extiende en el costado derecho del Registro Civil, que pasa unos metros más allá del portón de entrada celeste del inmueble. Es solo un trámite el que tiene el recinto al borde del colapso: el retiro de carnets y pasaportes.

El resto de los trámites también consideran su espera, pero nada fuera de lo normal. Mientras, el retiro de nuevos documentos se transforma innecesariamente en una odisea.

Dos personas, que a primera vista parecen pareja, pero en realidad se conocieron en la espera, comentan sus frustraciones. Llevan 30 minutos de espera, calculan, y han avanzado no más de cuatro metros de los casi 15 que separan la entrada de la única cabina habilitada para esta función. Proyectan pasar una hora y media mínimo. “Esto siempre ha sido así. Siempre que paso por acá hay fila afuera”, comenta una de las ciudadanas que acuden a realizar el trámite.

Las filas del Registro Civil de Ñuñoa con los nuevos carnet de identidad

Funcionarios del recinto acusan que estas filas son nuevas, que pasan solo desde que salieron los nuevas cédulas de identidad, que no han estado ajenas a críticas. Insisten en afirmar este punto, que solo de diciembre se generan aglomeraciones, pero vecinos que conocen el lugar lo desmienten.

Una mujer que está en la mitad de la fila dice que todos los días pasa por ahí cuando va camino al trabajo, y ve gente afuera. Hoy le tocó a ella que va a retirar su carnet, y solo está calmada porque sabía lo que le tocaría. De todas formas, hizo lo posible por no tener que ir al Registro Civil de Ñuñoa. “Hay algunos que tienen máquina y que son mucho más eficaces, no entiendo por qué no pasa eso acá”, reclama.

Imagen referencial. Foto: Agencia UNO.

Una funcionaria confirma, en una conversación que tuvo que sostenerse fuera del recinto, que hay problemas. Comenta que el sistema de identificación no funciona. A su vez, asegura que hay personas que llegan a buscar sus documentos y no están. Y que a veces, los mismo carnet nuevos vienen con datos malos. Culpa al nuevo sistema, pero reconoce que tener solo a una persona dedicada a la entrega de documentos es un error.

La memoria es frágil, y por lo mismo, a la hora de preguntar a quienes están en la fila cuánto llevan ahí, la respuesta varía. Un hombre que está en la parte de adelante de la fila de casi 40 personas, dice que lleva media hora. Unas personas que están un poco más atrás dicen que llevan una hora. Y unos que están al inicio, también dicen que llevan 30 minutos.

Las horas de espera

La tendencia de la respuesta varía dependiendo del nivel de frustración, pero si hay un punto de encuentro respecto a que la espera es absurda.

Un hombre que está en el privilegiado primer tercio, viene por segunda vez al Registro Civil de Ñuñoa. Se encuentra solo a una persona de cruzar el portal que divide la casa del patio de espera. Un lujo, puesto que adentro hay aire condicionado. Hoy lleva poco más de 40 minutos, pero por un trámite que lo mantiene evidentemente enojado. “Vine solo porque no me activaron el carnet de identidad“, reclama.

Días antes, hizo una fila de una hora y media para retirar el documento, pero cuando intentó usarlo en otro lado, le dijeron que no estaba operativo. Comienza a hablar con calma, y luego suelta un improperio acusatorio contra la institución.

Una mujer extranjera también salió del recinto indignada. Llegó con todos los papeles al día a retirar su documento, y no estaba, pese a que salía que estaría disponible. Una funcionaria comenta que esto es normal. También hay personas que van a la suerte, sin saber si estarán sus documentos, y están. Es parte de la incierta espera.

Un matrimonio es testigo de ello. Esperaron dos horas en la fila, dicen, sin saber si estaría o no el pasaporte nuevo que tuvieron que sacar producto de una desafortunada experiencia en un viaje al extranjero.

Conocen el Registro Civil de Ñuñoa porque son del barrio, y por lo mismo, fueron sin saber si estaría o no. Para su suerte, estaban, pero meses antes tuvieron que retirar su carnet de identidad, y la situación fue al revés.

“Acá siempre hemos tenido que hacer filas. No quiero ponerme político, pero en el último tiempo esto ha funcionado peor”, acusa el hombre de la relación.

Lo que más le molesta a la gente que hace fila, es que aunque les hayan informado vía digital que sus documentos estarían, realmente no saben si eso es así. Este día, la tendencia es positiva, la mayoría salió con sus documentos, pero tras horas de espera e incertidumbre.

“Hoy en día tienen todo, control biométrico, registro dactilar, tu teléfono, tu domicilio, tu mail, todo, y no son capaces de avisarte si realmente está o no el pasaporte”, señala el hombre que lleva una hora de espera y recién está en la mitad.

Este problema es reconocido por personas que trabajan en el recinto. No saben por qué pasa, pero pasa.

A las 13 horas es el momento en que más gente llega, pero cercana a las 14 horas, la hora de cierre, siguen llegando personas. La rutina de quienes llegan sobre el final es similar. Se asoman por la mitad de la puerta que está abierta, emiten una expresión de disconformidad a ver la fila, y le preguntan a los últimos de la cola que aún se extiende hasta fuera del recinto “¿Esta es la cola para reitrar documentos?”.

El sí los liquida. No saben que al sumarse a la espera, se comprometen con, al menos, una hora de espera. A las 14 horas en punto, sin ningún minuto más, el portón se cierra, y los de adentro quedan a la deriva.

La molestia es generalizada, pero todos saben que así funciona. Hasta los funcionarios, que se preguntan por qué hasta el día de hoy solo atiende una persona en la fila más larga del recinto.

Fuente: The Clinic CL