No cayó bien en el Palacio de La Moneda la noticia que se difundió durante esta jornada y que cuenta que una conversación del Presidente Gabriel Boric fue intervenida por la Policía de Investigaciones (PDI), en el marco de la arista ProCultura del Caso Convenios.
Y es que la policía civil cuenta en su carpeta investigativa con un intercambio del mandatario, de acuerdo a lo señalado por Ciper, con Josefina Huneeus, expareja de Alberto Larraín, director de la extinta fundación.
La situación ha alterado, en parte, al Ejecutivo, quien en las últimas semanas se había enfrascado en una molestia expresa con la Fiscalía. Ello luego de que trascendiera de que el fiscal de la causa de ProCultura, Patricio Cooper, habría pedido intervenir el teléfono de Boric. La difusión de esa información provocó que el Gobierno pidiera una aclaración al propio Ministerio Público por la situación, cuestión que no ocurrió.
La presión sobre la Fiscalía fue tal que el ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se encargó de bajar la tensión, clarificando que el Ejecutivo sólo pedía que se cumpliera la ley que pesaba la causar y resguardar su reserva.
Con esa situación como ambiente, la noticia de que la PDI cuenta con una conversación de Boric en la arista provocó cierta alerta. Por lo mismo, se ha tratado de explicar que la persona “pinchada” no era el Presidente, sino que Huneeus, de modo de restarle implicancias al jefe de Estado.
Esa misma idea defendió la ministra vocera (s), Aisén Etcheverry, esta mañana en Tele13 Radio: “No ha existido ninguna notificación al Presidente que nos permita suponer que él tenga algún papel en esta causa. Por lo tanto, estaremos a la espera de que el proceso avance y de entender bien qué es lo que ocurre“, mencionó.
Asimismo, subrayó en que Huneeus, psiquiatra, fue quien atendió a Boric por su trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) cuando era diputado.
“Preocupación humana” de Boric
Al interior de La Moneda señalan que el contacto de Boric a Huneeus se dio en un contexto de “preocupación humana” por la psiquiatra.
Tal preocupación era por el reciente quiebre de Huneeus con Larraín. El Presidente se habría comunicado con ella, dicen, para saber el estado a raíz de la ruptura. Huneeus y Larraín coincidieron, además de ser ambos psiquiatras, en Cardumen, el lote juvenil de la Democracia Cristiana (DC).
Por otro lado, la impresión de Larraín al interior del oficialismo ha ido en declive a partir del caso ProCultura. Y es que, afirman, el psiquiatra simulaba tener contacto estrecho con muchos personeros. Ello llevó a que en el sector, dicen, se le comenzara a ver negativamente como operador y a tomar distancia de él.
Actualmente, las redes sociales de Larraín se mantienen activas y públicas, donde suele compartir contenido de salud mental.
Fuente: The Clinic
