La empresa de transporte subterráneo ha planteado que las exigencias del CMN, como el monitoreo más frecuente y los rescates arqueológicos, han incrementado considerablemente los costos, impactando la viabilidad financiera de sus obras.
El proceso de aprobación de los proyectos de las Líneas 8 y 9 del Metro de Santiago se ha visto afectado por la creciente tensión con el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), que ha cuestionado la manera en la que Metro está abordando la protección del patrimonio arqueológico en las zonas de influencia de ambas obras.
Las nuevas líneas, que buscan mejorar la conectividad entre Puente Alto, Providencia y Recoleta, están bajo una rigurosa evaluación de impacto patrimonial, lo que podría retrasar los plazos de entrega previstos para 2030 y 2032. Con una inversión total de US$3.845 millones, los proyectos enfrentan objeciones por parte del CMN, que exige estudios arqueológicos más exhaustivos y medidas adicionales de protección.
“La protección del patrimonio no debe chocar con el progreso”, afirmó Rodrigo Terrazas, gerente corporativo de ingeniería de Metro, en su intervención frente al CMN el pasado 8 de enero. Según el ejecutivo, solo en la Línea 7 actualmente en construcción, se han invertido US$73 millones en tareas arqueológicas, lo que representa el 3% de la inversión total de esa línea.
El CMN, por su parte, ha solicitado que se profundicen los estudios arqueológicos en diversas estaciones clave, como Santa Lucía, Biobío y Plaza La Pintana, lo que podría afectar la obtención de permisos para la Línea 9, con un plazo límite en abril de este año.
“El costo de estas medidas adicionales está impactando fuertemente el presupuesto y generando incertidumbre”, comentó Gonzalo Rodríguez, subgerente de Medio Ambiente de Metro. La empresa argumenta que las exigencias del CMN, que implican un monitoreo más frecuente y rescates arqueológicos en varias zonas, elevan significativamente los costos, lo que podría comprometer la viabilidad financiera de los proyectos.
Los descargos del CMN
A pesar de los desafíos, ambas instituciones han mantenido un canal de diálogo constante. En 2023, tanto el Metro como la institución de protección patrimonial constituyeron una mesa de trabajo permanente, con el fin de coordinar de manera más eficiente las fechas de entrada de los proyectos y los estudios patrimoniales.
En esta línea, el CMN ha aprobado ciertas propuestas, como el monitoreo de vibraciones en el Monumento a Diego Barros Arana, y la implementación de métodos innovadores para la excavación de sitios arqueológicos, con lo cual se agilizaría el proceso sin comprometer el patrimonio cultural.
Refiriéndose a esta polémica mediante una carta enviada al diario La Segunda, Carolina Pérez Dattari, subsecretaria del Patrimonio Cultural, destacó el compromiso que ha tenido la entidad con el desarrollo de la ciudad y la protección del patrimonio. “Seguiremos colaborando con Metro para asegurar que estos proyectos sean exitosos, respetuosos con la historia y beneficiosos para la ciudadanía”, expresó.
Así, la colaboración entre ambas entidades seguirá siendo clave para encontrar soluciones que permitan a Metro avanzar con su expansión, equilibrando la protección del patrimonio y el impulso a las inversiones, siendo esta última una prioridad para el desarrollo del país.